Por: Econ. Jimmy Anastacio Solis. Cámara Nacional de Pesquería
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La industria productora de harina de pescado en el Ecuador alcanzó en el año 2016 un récord en exportaciones: US$157,76 millones FOB, cifra que representó el 12% del total exportado por el sector pesquero, manteniéndose como el segundo producto de mayor importancia luego del atún.[1]

Figura 1.Exportaciones de harina de pescado del Ecuador 1976-2016 (se incluyen cifras de harina elaborada en base a residuos de pescado y camarón).
Elaborado en base a datos del Banco Central del Ecuador y FAO FishStatJ.

El crecimiento interanual del valor exportado en 2016 fue del 32%, siendo junto al pescado congelado, los únicos rubros pesqueros que aumentaron en ventas al exterior. Además, el incremento de exportaciones de harina de pescado del Ecuador fue uno de los más altos entre los principales exportadores del mundo, de los cuales también registraron incremento: Vietnam, Alemania, los Estados Unidos y Marruecos, a diferencia de Perú, Chile y Dinamarca que registraron tasas negativas (ver Figura 2).

En términos de cantidad, el crecimiento interanual de las exportaciones fue del 50%, el mayor volumen exportado por Ecuador en el presente siglo, con 105.646 toneladas de harina elaborada en base a pescado (pescado entero y subproductos) y otras 8 mil elaboradas principalmente con subproductos de la industria camaronera. Pese al alto total de exportaciones, el valor promedio de la tonelada exportada en 2016 estuvo 13% por debajo del promedio registrado en 2015, respondiendo en general a la dinámica internacional de precios.

Una industria global y localmente estratégica

Por su alto valor nutritivo, la harina de pescado es fundamental en la elaboración de piensos para la alimentación de peces y crustáceos en la acuicultura y otros animales en la ganadería, convirtiéndose en un ingrediente estratégico para la seguridad alimentaria global, más aún ante el crecimiento demográfico y el incremento en el consumo de pescado que alcanzó 20 Kg per cápita en el año 2015. De acuerdo a FAO (2016), la contribución promedio de la acuicultura al consumo mundial de pescado fue del 50% en el 2014 y pasará al 57% en el año 2025.

El sector acuícola nacional también depende del aprovisionamiento de harina de pescado. Se estima que un 40% de la producción nacional de este producto es destinada a abastecer la industria de balanceados encadenada a la acuicultura, por lo que como actividad productiva indirectamente aporta en la generación de alrededor de US$ 2,6 mil millones en exportaciones de camarón.

La industria de harina de pescado forma parte del encadenamiento productivo del subsector de pelágicos pequeños, conformado por una flota de 263 embarcaciones de red de cerco[2], las cuales también proveen de materia prima a industrias procesadoras de pescado en conservas, frescos y congelados. De acuerdo a Ormaza (2016), el subsector de pelágicos pequeños genera empleo directo en plantas procesadoras y flota pesquera para al menos 6.975 personas, además del empleo indirecto no cuantificado en la cadena de valor en labores de eviscerado, corte, descarga, transporte, comercialización, reparaciones y mantenimiento de barcos y redes, entre otras actividades. Asimismo, es una industria importante en la maximización del aprovechamiento de desperdicios y subproductos del sector pesquero y acuícola nacional, transformándolos en proteína que formará parte de un nuevo proceso productivo.

Posicionamiento exportador

Ecuador generó el 4% de las exportaciones mundiales del 2016, ubicándose en el noveno lugar de los principales países exportadores, un peldaño más arriba en comparación al año 2015. No obstante, la tasa de crecimiento promedio de las exportaciones de los últimos 5 años ha sido del 4%, cifra inferior a lo logrado por Vietnam (27%), Tailandia (23%) y Marruecos (13%). Por ejemplo: Tailandia pasó de exportar $69 millones en 2012 a exportar casi $174 millones en 2016, mientras que Ecuador pasó de $117 millones a casi $158 millones en el mismo periodo.

Figura 2. Principales exportadores mundiales de harina de pescado 2016. Elaborado en base a datos del Centro de Comercio Internacional (ITC)

Las exportaciones hacia China dinamizaron el incremento de las ventas, la variación interanual respecto al 2015 en este mercado fue del 95% en valores y del 146% en volumen, constituyéndose en el destino del 55% de las exportaciones, cifra que en el 2015 fue del 37%. La presencia del producto ecuatoriano en este mercado es importante considerando que China produce más del 60% de la producción pesquera mundial procedente de la acuicultura (45,5 millones de toneladas en 2014), de acuerdo a FAO (2016).

En el mundo, las importaciones de harina de pescado ascendieron a 2,87 millones de toneladas en el 2016. China generó el 38% de las importaciones globales, manteniéndose en los últimos 3 años en alrededor de 1,04 millones de toneladas, de las cuales Ecuador abasteció en 2016 alrededor del 4,7%, con una ganancia de market share de 2,4 puntos porcentuales respecto a lo registrado en el 2015.

Japón y Colombia igualmente se mantuvieron como destinos importantes para Ecuador, sin embargo, se registraron menores envíos en comparación al 2015. Los envíos a Taiwán, Turquía, los Estados Unidos, Venezuela y Vietnam también contribuyeron positivamente al crecimiento.

Principales empresas exportadoras

Empresa Pesquera Polar, NIRSA, Fortidex, JUNSA, Pesquera Centromar, y Productos Pesqueros, lideraron las exportaciones de la industria. Un total de diez empresas generaron el 89% del total exportado, el restante 11% fue generado por otros 20 exportadores.

Figura 3. Principales exportadores de harina de pescado (año 2016). Elaborado en base a datos de la SENAE.

 

La industria requiere de agenda público-privada

A criterio del autor, tres temas son críticos y específicos en el ámbito pesquero para la industria harinera: i) investigación y ordenamiento, ii) certificaciones de producción sostenible, iii) pesca y producción ilegal.

Los temas relacionados a investigación y ordenamiento pesquero están intrínsecamente relacionados. La creciente conciencia mundial sobre la importancia del consumo de productos ambiental y socialmente sostenibles representa un desafío que enmarca la discusión sobre la necesidad de un ordenamiento de vasta base científica. Esta realidad no es ajena para la industria de harina de pescado, que enfrenta el desafío de lograr la certificación IFFO RS para ingredientes marinos producidos de manera segura y provenientes de pesquerías de origen responsable. Hasta el 2016 a nivel mundial el 45% de la producción estaba certificada bajo este estándar. Los miembros de la Cámara Nacional de Pesquería se encuentran realizando gestiones para lograr encaminar al país hacia cumplir los estándares de la certificación IFFO RS y evitar que se convierta en un obstáculo de entrada a los mercados, que podría afectar también al sector acuícola nacional, considerando que la demanda de los mercados apunta cada vez más hacia que el suministro de harina de pescado provenga de pesquerías sostenibles. En tal sentido, uno de los puntos críticos de frente a la referida certificación y una de las reiteradas demandas de la industria al sistema de administración pesquero ecuatoriano, es la necesidad de mayor investigación y evaluación de las pesquerías de peces pelágicos pequeños, cuya solución integral escapa de las manos del sector privado.

Pese a la importancia socioeconómica del sector, el nivel de investigación sobre las pesquerías de pelágicos pequeños luce aún insuficiente. Por citar un ejemplo, Ormaza (2016) determina una subestimación de 190 mil toneladas en las estadísticas nacionales de desembarques de pelágicos pequeños. Esto sin duda debe ser un llamado de atención al nuevo Gobierno y sus autoridades, sobre la necesidad de que el Estado invierta más en la investigación de recursos que por mandato debe administrar. El nuevo gobierno tendrá la responsabilidad de reconstruir la erosionada institucionalidad del Instituto Nacional de Pesca y fortalecer sus capacidades.

Por otro lado, luego de casi diez años de disputa, el Estado no logró solucionar el problema de categorización y zonificación de la pesca de red de cerco de pequeña escala. El limbo en el ordenamiento pesquero en el que se encuentra este segmento de la flota, así como el laxo control sobre otras pesquerías de pequeña y media escala, dificulta el control y combate contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

De igual manera, la informalidad de las denominadas “pamperas” es otro asunto sin resolver. De acuerdo al Censo de plantas de harinas de pescado en Ecuador (2015) realizado por la CNP, existen 45 pamperas produciendo alrededor de 14 mil toneladas de harina de pescado al año. Dicha actividad productiva es cuestionada por estar al margen de la ley, dada la pérdida de trazabilidad y la calidad del producto.

El Estado deberá trabajar en fortalecer el ordenamiento e investigación de las pesquerías costeras y robustecer los mecanismos de trazabilidad de la pesca y también de los establecimientos procesadores, para potencializar una industria fuente de empleo y divisas. En este punto, la industria y armadores deberán apalancarse y estrechar su relación con los gremios, como un canal de diálogo y gestión de política de frente al nuevo gobierno.

Trabajos citados
FAO. (2016). El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2016. Roma.
Ormaza, F. (2016). El manejo de los pelágicos pequeños en el Ecuador. ¿Es posible?, ¿Es una necesidad? Ecuador Pesquero(77), 38-41.
Ormaza, F., Guzmán, J., & Pachay, F. (2015). CENSO DE PLANTAS DE HARINAS DE PESCADO EN ECUADOR. Guayaquil: Cámara Nacional de Pesquería.
[1] Cifras del Banco Central del Ecuador registran US$148,19 millones en exportaciones de harina de pescado y $9,56 millones de harina de crustáceos y demás, en el año 2016.
[2] Dato proporcionado por la Subsecretaria de Recursos Pesqueros. Febrero del 2017