La posibilidad de ganancia que representan las marcas y las etiquetas ecológicas, son la nueva esperanza para el sector atunero ecuatoriano. La ventaja que tiene Ecuador frente a otros productores radica en sus controles sobre la pesca ilegal, en un mundo en donde las etiquetas ecológicas y las preferencias por productos que vengan de la pesca sostenible están en alza.

En este sentido, en octubre de 2015, tres de las principales compañías atuneras ecuatorianas se asociaron con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) para implementar un Proyecto de Mejora de la Pesca (Fishery Improvement Project, FIP), con el objetivo de lograr la certificación del Consejo de Administración Marina (Marine Stewardship Council, MSC). Negocios Industriales Real S.A.(Nirsa), y el Grupo Eurofish Jadran – que representan aproximadamente el 25% de la producción nacional de atún – firmaron un memorando de entendimiento con la WWF el 26 de octubre para poner en práctica la FIP para la mejora de la pesquería de cerco de atún.

«La aplicación efectiva de este proyecto ayudará a mejorar la sostenibilidad de la pesca en el corto y medio plazo, que establece las bases para el proceso de certificación del MSC», dijo WWF Ecuador.

La demanda de productos pesqueros sostenibles sigue aumentando, ya que los consumidores ya han gastado $ 4.5 millones de dólares en productos MSC marcadas en los últimos dos años, Camiel Derichs, director europeo de MSC. Relacionado con esto un estudio publicado en el Reino Unido Journal of Agricultural Economics muestra que los productos del mar que llevan el logo del MSC un precio más elevado que supera el 14% en comparación con los productos que no llevan el logotipo. Así que es posible incrementar o mantener las ganancias para el sector vendiendo menos volúmenes.

Ante esta realidad Gustavo Núñez, director general y fundador de la procesadora de atún Asiservy, resalta la importancia de cultivar la marca país. Así como Ecuador ha logrado vender su imagen para favorecer la industria turística, la pesca sostenible puede convertirse en su próximo valor.

Otro aspecto de importancia son las marcas comerciales. Con la caída de los precios del barrilete quedó en evidencia que poseer una marca reconocida de atún es una buena estrategia para contrarrestar la tendencia a la baja en los precios. Se observa que los precios de los productos vendidos bajo una marca muy conocida no experimentaron cambios.

Por otro lado, el mercado interno es visto como un nicho para productos de atún con valor agregado. Debido a que el país tiene un mercado muy competitivo con marcas fuertes y de tradición, queda un interesante espacio para la innovación y los productos con valor agregado.

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