Por: Max Mossler

Gracias a Global Fishing watch (monitoreo global de las pesquerías), una nueva asociación entre Oceana, Skytrith y Google, los científicos estarían acercándose a averiguar (descubrir) cuanto del océano a nivel mundial se pesca, aun cuando existen discrepancias en la escala que se usa en la interpretación de los datos, ya que están indicando respuestas muy diferentes.

Global Fishing Watch fue lanzado en 2016 como una forma de rastrear (monitorear) barcos de pesca en todo el mundo. Los datos provienen del sistema de identificación automática de los barcos (AIS) y del sistema GPS que indica la ubicación por medio de satélites cada 30 segundos.

La mayoría de barcos grandes alrededor del mundo (no solamente pesqueros) deben tener AIS abordo para propósitos de monitoreo y seguridad. Global Fishing Watch recolecta los datos de AIS de todos los barcos alrededor del mundo para “determinar el tipo de embarcación (por ejemplo, carga, remolcador, vela, pesca), tamaño, tipo de arte de pesca que usan (por ejemplo, palangre, redes de cerco, arrastre), cuando y donde se realiza pesca basándose en patrones de movimiento.” Es una forma impresionante para recopilar datos de pesca y podría ser prometedor como herramienta para frenar la pesca ilegal.

Una de las primeras publicaciones importantes, que surgió gracias a los datos AIS, intentó mapear la huella global de pesca. En la cual se concluyó que el 55% de océano global se pesca. Sin embargo, otro estudio, usando los mismos datos, concluía en cambio que solo el 4% del océano global era pescado. ¡Hay una gran diferencia! Entonces, ¿qué es lo que está pasando aquí?

ESCALA

El problema es la escala. El articulo original dividió el océano en cuadrículas: cada 0.5º en latitud y longitud, creando celdas de 0.5×0.5 grados, aproximadamente 3100 km2 en el ecuador, o del tamaño de Rhode Island. Es así que, si la pesca ocurría dentro de la celda, toda la celda era marcada como “pescada”. Replicando esta metodología para todo el mundo, se encontraba que el 55% de las celdas eran pescadas.

Sin embargo, al usar ese tamaño de celdas, el tamaño de Rhode Island se veía un poco sospechoso para un grupo de investigadores que rehicieron el análisis con los mismos datos, pero con una escala más fina en un artículo publicado esta semana. Ellos dividieron el océano en celdas de 0.01ºx0.01º, solo 1.23km2 (como el tamaño de una manzana de ciudad). Usando estos datos de mayor resolución, la huella de pesca fue más precisa, ya que solo el 4% de las celdas estaba cubierto. La figura 1 de su artículo muestra la diferencia entre usar celdas de 0.5º versus celdas de 0.01º.

 

 

De Amoroso et al. 2018. Las imágenes comparan la huella de la pesca en resolución de 0.5 ° (izquierda) versus resolución de 0.01 ° (derecha). La comparación muestra cómo los datos de menor resolución suponen que se pescó toda un área protegida, mientras que la resolución más alta muestra que el área protegida es más efectiva.

 

Los autores del artículo original defendieron sus conclusiones acotando que la base de datos histórica más completa de capturas de pesca usaba las celdas de 0.5ºx0.5º. Sin embargo, la decisión de usar esa resolución en esa base de datos fue hecha hace 15 años aproximadamente tratando de buscar un equilibrio entre los datos disponibles y la capacidad computacional de ese tiempo. Las comparaciones con los datos anteriores son útiles, pero parece no es muy efectivo, para la innovación de los datos AIS, pretender reducir la resolución de los datos de una manera tan dramática.

 

COMUNICANDO CIENCIA Y PESQUERÍAS

La diferencia en las escalas tiene implicaciones importantes en la comunicación y percepción. El articulo original que usa una baja resolución para sus datos fue acogido por más de 100 medios de comunicación y tiene una puntuación Altmetric (una medida para medir el alcance social de una publicación científica) 5% superior de cualquier artículo científico puntuado. El cual produjo títulos como: “Mas del 55% de la superficie del océano global está ocupado por barcos pesqueros industriales” Y “Nuevos mapas muestran la huella masiva de la pesca en los océanos del mundo”, sin siquiera mencionar la baja resolución de celdas del estudio (0.5ºx0.5º).

Esto se debió probablemente a que el comunicado de prensa que salió con el articulo resalto el numero 55% pero omitió la metodología de la escala empleada. El comunicado de prensa también señalo que el 55% del océano es mayor a 4 veces el tamaño de la tierra usada para agricultura, este punto estuvo bien representado en la noticia. Comparar pesquerías con agricultura es muy importante para entender temas de conservación y sustentabilidad (la comida debe ser estudiada de manera global), pero al mirarla en una relación mayor, la huella de pesca es menor a 1/3 de la agricultura a nivel global.

El autor principal del artículo, David Kroodsma, defendió sus números y su evaluación del impacto al admitir que sí, técnicamente el 4% del océano se pesca de manera directa, pero su impacto al ecosistema se extiende al menos al 55% del océano considerando que los peces se mueven y migran.

Por esta medida, una comparación con la agricultura indica que cerca del 100% de la tierra es afectada por la agricultura, ya que las aves migratorias y algunos mamíferos son impactados por granjas. Existen muchas más vías precisas para medir el impacto del ecosistema por pesquerías que escoger arbitrariamente cuadriculas (por ejemplo, evaluaciones de stock), así como hay maneras más exactas para describir los impactos de la agricultura al ecosistema que determinar cuanto espacio usa una granja o estudiar migraciones de animales.

Sin embargo, en el artículo original, la comparación de las pesquerías con la agricultura no es consistente. Ellos compararon los impactos difusos y la baja resolución de las pesquerías con el uso directo de la tierra agrícola (opuesto a los impactos difusos de la agricultura). Desde una perspectiva de política alimentaria global, esto es altamente engañoso y potencialmente va en contra de los esfuerzos de conservación global, porque se alienta a las personas a pensar que los alimentos de la tierra son más sostenibles que los alimentos del océano, lo cual no es necesariamente cierto, especialmente cuando se compara proteínas (hemos escrito un poco sobre la comparación de impactos ambientales de los alimentos). Las comparaciones precisas de los impactos ambientales son la base para mejorar las políticas alimenticias y para asegurar un futuro más sostenible.

El problema con el artículo original es que los comunicados de prensa no representaron los datos en el contexto adecuado, ya que la mayoría de las noticias cubrieron el articulo como “el 55% del océano se pesca” en vez de algo más adecuado como: “Nuevos datos muestran que el 4% del océano se pesca de manera directa. Sin embargo, si asumes una celda de 0.5ºx0.5º como representación del impacto en el ecosistema, el 55% del océano esta “afectado” por la pesca”

Esta diferencia es extremadamente importante dado que, de acuerdo a Kroodsma, “el público no ve el área de pesca de la misma manera que los científicos pesqueros lo ven.”

LO QUE TENEMOS AQUÍ ES FALLA EN LA COMUNICACIÓN

Desafortunadamente, esto es muy común en pesquerías y conservación. Por ejemplo, el mito de que todos los peces van a desaparecer para 2048 fue un comunicado de prensa engañoso en 2006. A pesar de que los autores originales y la comunidad científica se alejaron de la idea, el mito de 2048 persiste en la percepción pública hasta el día de hoy.

Otro ejemplo: las pesquerías “totalmente explotadas” son sostenibles, pero frecuentemente se agrupan en pesquerías sobreexplotadas e insostenibles. Parece grave decir que el 93% de las pesquerías están sobreexplotadas o son totalmente explotadas. La realidad es que el 33% de las pesquerías están sobreexplotadas (pesca insostenible) y el que el 60% es totalmente explotada (pesca sostenible). En las elecciones de 2016, el 93% de las personas votaron por Donald Trump o Hillary Clinton. ¿Es apropiado agrupar a las personas que votaron por cualquiera de esos 2 candidatos juntos como similares?

Los comunicados de prensa están diseñados para llamar la atención, pero en ciencia deben ser útiles, precisos y tratar de evitar cualquier tipo de malinterpretación, especialmente en una era donde la ciencia está perdiendo la confianza del público y las noticias están bajo constante ataque. Con suerte, los comunicados de prensa que destacaron que el 55% de los océanos se pescan, no den lugar a una mala interpretación durante las siguientes décadas.

 

 

Max Mossler

Max es el editor en jefe de Sustainable Fisheries UW. Él Piensa mucho en cómo la percepción ambiental influye en las políticas ambientales.

 

ARTÍCULO PUBLICADO ORIGINALMENTE EN: https://sustainablefisheries-uw.org/global-footprint-of-fishing/